Marit 60X80 (Óleo)
Esta obra muestra la esencia de la vitalidad humana. La composición destaca por su equilibrio entre lo etéreo y lo terrenal, donde la figura central emerge como un faro de expresividad.
El tratamiento cromático revela una sensibilidad excepcional: la yuxtaposición del cabello rojizo con la delicada tonalidad de la piel crea una armonía térmica que invita a la contemplación. Esta dualidad cromática no solo aporta calidez a la obra, sino que también sirve como vehículo para transmitir una intensa carga emotiva.
La gestualidad de la figura, manifestada a través de una mirada cautivadora y el gesto espontáneo de la mano entre los cabellos, transmite una narrativa de libertad y autoexpresión. Esta naturalidad en la pose sugiere una reflexión sobre la autenticidad y la celebración del ser.
El fondo actúa como un eco visual de la energía interior del sujeto. Esta abstracción contextual amplifica la alegría y vitalidad que emana de la figura central, creando una experiencia visual completa que invita al espectador a sumergirse en un diálogo entre forma, color y emoción.